
360 millones de personas padecen pérdida de audición discapacitante en todo el mundo.
La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, infecciones crónicas del oído, el empleo de determinados fármacos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento.
La mitad de los casos de pérdida de la audición se podrían evitar mediante la prevención primaria.
La situación de las personas que padecen pérdida de audición puede mejorar con la utilización de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda, el empleo de subtítulos, el aprendizaje del lenguaje de signos y otras medidas de apoyo educativo y social.